El acceso a los cuidados paliativos fue declarado esencial por la OMS.
Se entiende por cuidados paliativos (CP) al apoyo brindado por personal de la salud con el objetivo de aliviar síntomas, dolor y estrés. A pesar de que este tipo de atención suele estar relacionada con pacientes que llegan al final de la vida, es una especialidad capaz de ofrecer atención integral a personas con enfermedades que limitan la vida a lo largo de la trayectoria de la dolencia. Disminuyen el sufrimiento, controlan los síntomas y mejoran la calidad de vida y de la atención, con un resultado efectivo para el paciente, la familia y el sistema de salud.
El acceso a los CP fue declarado esencial por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Todas las personas tienen derecho al acceso de salud esencial y de calidad de manera gratuita.
En América Latina y el Caribe, las enfermedades crónicas provocan 4.8 millones de muertes por año. Cientos de millones de personas tienen enfermedades crónicas que requieren atención a largo plazo.
Se estima que más de 2.500.000 de habitantes latinoamericanos precisan atención paliativa. Sin embargo, la oferta es limitada e insuficiente, y menos del 1% de la población lo recibe.
La Asociación Latinoamericana de Cuidados Paliativos (ALCP) desarrolló indicadores con el objetivo de monitorizar el progreso de los CP en la región. En 2011, la ALCP investigó la situación de los diferentes países en cuanto a atención paliativa.
El 46% de los servicios existentes se encontraban en Argentina y Chile, países que representan menos del 10% de la población latinoamericana.
Cerca de 600 médicos estaban acreditados en CP en toda la región, representando un promedio de 1.7 por millón de habitantes. La distribución era heterogénea y concentrada en las grandes urbes de México, Argentina y Chile. La mayoría de las políticas implementadas en el continente eran programas de CP dependientes de los programas de cáncer. Muy pocos contaban con programas para otro tipo de patologías. Sin embargo, la existencia de planes nacionales no asegura que existan más servicios de CP.
La mejor atención para los pacientes y su familia se consigue al garantizar la educación en CP. En Latinoamérica, la proporción de facultades que impartían formación en CP no se encontraba acorde con las necesidades y la demanda. Solamente un 30% de los países ofrecían capacitación. Cuba y Uruguay son los únicos 2 países en los que todas las facultades de medicina brindaban formación sobre CP.
La falta de financiamiento y limitado compromiso de las facultades de ciencias de la salud fueron las barreras educativas más relevantes que la ALCP pudo detectar.
Por otro lado, existen pocos profesionales dedicados a la enseñanza con capacitación formal en el área. Menos del 15% de los médicos y médicas del continente recibió formación específica en CP, y el porcentaje es aún menor en el resto de los y las profesionales de la salud.
Según fuentes del ALCP, existe un crecimiento progresivo del consumo de opioides en la región latinoamericana. Sin embargo, se encuentra por debajo de lo esperado si se compara con el promedio mundial. Bolivia es el país con menor consumo y Costa Rica el más alto.
En lo que respecta a disponibilidad, la mayoría de los países cuenta con al menos 5 tipos de opioides. Pero a pesar de que las recomendaciones de la OMS instan a que todos los estados tengan morfina de liberación inmediata, en las encuestas llevadas a cabo por la ALCP, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Honduras, Paraguay y Trinidad y Tobago no disponían de la droga.
Según la ALCP, existían restricciones reglamentarias importantes en casi todos los países, tales como la necesidad de compra de los formularios de recetas especiales por parte de los médicos. De igual manera, el límite de duración de la prescripción fue muy variable (desde 3 hasta 30 días en Ecuador). En otros países, como Bolivia, la dispensación estaba limitada a la dosis y en algunos lugares solo podían prescribirla los oncólogos o médicos de familia. Solamente en Argentina se permitía la prescripción, en caso de emergencia, a personal de enfermería y farmacéuticos.
Muy pocos países permitían la dispensación en todas las farmacias, incluso a nivel hospitalario. En Colombia, la disponibilidad era limitada, pero aseguraba la entrega las 24 horas del día, situación que no ocurría en el resto de los países.
Los avances que existen relacionados a la salud llevan a aumenta la expectativa de vida de la población, pero a su vez arrastran un aumento constante de enfermedades crónicas, con comorbilidades y gran dependencia. Los sistemas de salud deben estar preparados para enfrentar estas dificultades y brindar mayor atención a servicios de rehabilitación y cuidados paliativos.
El rol de los estados es fundamental para lograr un mejor desarrollo de los CP. Debe existir un cambio dirigido a reformar las políticas que tratan la disponibilidad de medicamentos y de educación, a fin de lograr la implementación necesaria de atención paliativa, según las necesidades de cada país.
La mayor parte de la población no tiene acceso a los opioides para el tratamiento del dolor por cáncer, dolor agudo posoperatorio, obstétrico y crónico. Tampoco accede a la medicación oportuna y adecuada para el control de otros síntomas presentes en pacientes con necesidades paliativas, como la disnea.
Es necesario fortalecer la capacitación en pregrado y posgrado. Además de la educación médica continua de todo el equipo de salud.
Por otra parte, es fundamental asegurar la calidad de la enseñanza y garantizar los mejores estándares de calidad, que incluyan clases teóricas y rotaciones con práctica clínica en el currículo, de tal modo que se satisfagan las competencias necesarias de acuerdo con el nivel de enseñanza.
Bonilla P., Revista de Nutrición Clínica y Metabolismo, 2021
Suscripción exitosa
¡Muchas gracias por suscribirte
a nuestro newsletter!