La atención efectiva de emergencias cardiovasculares puede dar luces sobre patologías en pacientes pediátricos
Un estudio retrospectivo difundido en la Revista Europea de Pediatría planteó que el uso del desfibrilador eléctrico automático (DEA) como método de diagnóstico e identificación de arritmias es potencialmente valioso y debería ser más abordado.
En la investigación, realizada en Alemania, se consideraron los registros de cohortes de pacientes con muerte cardíaca súbita abortada. Según se precisa en la publicación, el grupo constaba de 25 pacientes de entre 1 y 17 años de edad que se presentaron con CA y sobrevivieron con una reanimación cardiopulmonar rápida. Entre ellos, 22 pacientes fueron resucitados con DEA y se les identificó un ritmo cardiaco con posibilidad de shock. 18 no contaban con diagnóstico cardíaco previo.
De acuerdo con los registros, obtenidos en las investigaciones exhaustivas de cada caso se hallaron revelaron “seis canalopatías iónicas (cuatro taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica, un síndrome QT largo y un síndrome de Brugada); cinco cardiopatías congénitas (incluyendo dos con obstrucción de la arteria coronaria), seis cardiomiopatías, dos miocarditis y dos misceláneas. Cuatro pacientes no tenían ninguna enfermedad cardíaca identificable. “.
Además, encontraron que, “en cinco pacientes, la tira de ritmo grabada con DEA descargada delineó las arritmias subyacentes y sus respuestas a las descargas eléctricas” y que “cuatro pacientes que se presentaron con convulsiones generalizadas en reposo fueron tratados inicialmente para el trastorno convulsivo hasta que el registro del DEA identificó arritmias ventriculares letales”.
Por esto, los autores plantean que el DEA efectivamente identifica de forma fiable las arritmias ventriculares letales subyacentes, además de abortar la ECF.
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