Investigadores del CONICET confirmaron que, en condiciones de inhibición de TLS, las células tumorales deficientes en BRCA1 o BRCA2 son más sensibles
Una investigación realizada por científicos argentinos consiguió identificar un potencial blanco terapéutico para el tratamiento de tumores de mama y ovario asociados con mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2.
Así se conoció en un comunicado de prensa emitido por la Fundación Instituto Leloir (FIL), donde se precisa que este hallazgo podría representar un avance para el desarrollo de tratamientos menos invasivos de estos tumores altamente prevalentes.
Los resultados de este estudio fueron publicados en la revista especializada Oncogene, donde se precisa que la investigación estuvo enfocada en la inhibición de una vía molecular, llamada “síntesis de ADN por translesión” o TLS, por sus siglas en inglés. “Este mecanismo garantiza a las células tumorales que puedan finalizar la duplicación de su material genético aún cuando su ADN está muy dañado, tal como ocurre cuando son tratadas con quimioterapia”.
El doctor Gastón Soria, exbecario doctoral de la FIL y actual jefe del Grupo de Letalidad Sintética en Cáncer del Centro de Investigaciones en Bioquímica Clínica e Inmunología, que depende de la Universidad Nacional de Córdoba y del CONICET, explicó: “además de limitaciones en su eficacia, las terapias oncológicas clásicas afectan tejidos sanos a medida que destruyen células malignas. Nuestro avance apunta al desarrollo de alternativas que mejoren los tratamientos y disminuyan o incluso puedan evitar los efectos secundarios”,.
La doctora Vanesa Gottifredi, jefa del Laboratorio de Ciclo Celular y Estabilidad Genómica en la Fundación Instituto Leloir (FIL) e investigadora del CONICET, aseguró que al conocerse las estrategias de “evasión” de las células malignas frente a la acción de los medicamentos estas pueden ser desactivadas, con lo que “se abren puertas para el diseño de nuevos enfoques terapéuticos”.
Si bien el potencial de la inhibición de TLS ya era vislumbrado por expertos, ningún estudio lo había demostrado hasta el momento.
Según reseñaron los autores en el comunicado, el estudio requirió del diseño de una plataforma en la que fue empleada una colección de 627 moléculas de GSK. Todo eso, con el propósito de encontrar compuestos inhibidores de TLS, utilizando células tumorales con mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 aisladas de pacientes.
“Logramos confirmar que, en condiciones de inhibición de TLS, las células tumorales deficientes en BRCA1 o BRCA2 son más sensibles que las células normales”, destacó el Soria.
Según precisó, el siguiente paso será afinar la búsqueda de inhibidores más selectivos y “realizar ensayos clínicos para probar su seguridad y eficacia”.
Del estudio, que contó con el financiamiento de GSK y de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, también participaron las primeras autoras Florencia Villafañez e Iris García, junto a Sofia Carbajosa, María Florencia Pansa, María Candelaria Llorens, Virginia Angiolini y Laura Guantay; así como Heinz Jacobs, del Instituto del Cáncer de Holanda; y Kevin Madauss e Israel Gloger, de GSK.
'-Fundación Instituto Leloir.
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