Se celebra un nuevo Día Mundial de la Medicina de Urgencias y Emergencias. La fecha encuentra a la emergentología pediátrica en plena expansión en América Latina. Pero persisten barreras para la especialidad que tienen que ver con la baja disponibilidad de recursos.
El 27 de mayo se conmemora un nuevo Día Mundial de la Medicina de Urgencias y Emergencias. La efeméride, promovida por la Sociedad Europea de Medicina de Emergencias, lleva este año como lema “Tu seguridad, es nuestra prioridad”. Busca crear entre los profesionales de la salud conciencia acerca de lo vital que resulta contar con un entorno seguro de atención sanitaria . Y eso incluye a profesionales de la emergentología pediátrica con un número razonable de horas de trabajo y una cantidad de pacientes adecuada para atender durante cada jornada laboral.
En América Latina, la emergentología pediátrica ha tenido un crecimiento interesante en los últimos años. Seguramente se relaciona con el fenómeno: la puesta en marcha de redes (RIDEPLA) y algunas sociedades (Sociedad Latinoamericana de Emergencias Pediátricas), la instauración de comités de emergentología pediátrica en sociedades de pediatría, o emergentología, o la mayor oferta de formación para los profesionales de la salud. Pero a pesar de la expansión, persisten en la región algunos obstáculos que atentan contra los servicios de emergentología pediátrica. Incluyen déficits relacionados con la infraestructura y el equipamiento, la baja disponibilidad de recursos humanos, o el poco tiempo que disponen los profesionales de la salud para el desarrollo profesional continuo.
En una investigación, publicada recientemente en la revista de la Facultad de Medicina Humana, se detectan algunas de las dificultades que tiene la emergentología pediátrica en la región. Se trata de un estudio descriptivo, cuantitativo y retrospectivo en el que aparece la Dra. Liliana Caceres, integrante del Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan (Buenos Aires), como principal responsable. Allí, por medio de encuestas, se obtuvo información de 107 hospitales públicos de Latinoamérica.
En líneas generales, existe un déficit de recursos físicos para la práctica de la emergentología pediátrica en la región. Eso incluye equipamiento, pero también aspectos relacionados con las instalaciones. Por ejemplo, solo el 59,8% de los centros encuestados manifestó tener elementos imprescindibles para el manejo de la vía aérea. Además, generalmente las salas de espera y áreas sectorizadas para el paciente no cumplen estándares internacionales. El número de consultorios, o camas de internación, resultan también insuficientes para el número de consultas que diariamente reciben los servicios de emergencias pediátricas.
Otros recursos escasos en los centros de emergentología pediátrica son los humanos. Una recomendación constante a nivel internacional es que los servicios de emergentología pediátrica cuenten con un referente médico y un referente de enfermería por turno para asegurar la calidad de atención. Pero, actualmente, el 32,1% de centros carecen de dichos referentes en la región.
Solo el 61,3% de los hospitales con servicios de emergencias pediátricas cuentan con profesionales contratados exclusivamente para tal fin. Además, es notoria la baja disponibilidad permanente de cirujanos, traumatólogos o intensivistas pediátricos, en los hospitales encuestados. Lo comentado se observó únicamente en el 37,4% de los centros que participaron en el estudio. Por otro lado, preocupa la baja disponibilidad de otros profesionales, tales como bioquímicos, hemoterapistas o farmacéuticos, a tiempo completo.
En el artículo se menciona como alentador que el 76% de los miembros de los planteles sean pediatras y que la mitad de estos especialistas estén certificados en emergentología pediátrica, o cuenten con experiencia de cinco años y formación en la especialidad. Aunque estos profesionales -debido a la sobrecarga laboral que habitualmente experimentan en los hospitales- tienen dificultades para involucrarse en actividades de desarrollo profesional continuo.
Los programas de formación continua para médicos y enfermeros son infrecuentes, los ateneos de la especialidad escasos y solo el 78,4% de los centros participantes capacita en triaje. Por otro lado, en la región aún resulta baja la producción de trabajos científicos presentados en congresos o publicados en revistas médicas. En gran medida esto se debe a que muy pocos centros destinan personal exclusivamente para tareas de docencia e investigación.
“La atención de emergencias y urgencias pediátricas ha aumentado en los últimos 30 años, generando en los sistemas de salud la necesidad de adaptarse para brindar una atención de calidad”, comentan los autores del texto. En sintonía con la efeméride, allí se pide por una mayor presencia en los hospitales de comités que permitan una mejora continua de la calidad y la seguridad de la atención. “La información obtenida sobre el funcionamiento de los servicios de emergentología pediátrica en Latinoamérica revela brechas importantes”, concluyen los autores. Y agregan que es necesario programar intervenciones de mejora de la calidad de atención y promover el seguimiento de los indicadores relacionados.
Medicina familiar Pediatría
600 horasPediatría
600 horasCáceres, Liliana, Boto, Anabella, Cagnasia, Sandra, Galvis, Laura, Rino, Pedro, Yock-Corrales, Adriana, & Luaces, Carlos. (2022). Estado actual de recursos generales y funcionamiento de Servicios Hospitalarios de Emergencias Pediátricas con gestión pública en Latinoamérica (Estudio RFSEPLA). Revista de la Facultad de Medicina Humana, 22(2), 232-243. Epub 16 de marzo de 2022.https://dx.doi.org/10.25176/rfmh.v22i2.4787
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