El investigador brasileño Luis Mauricio Trambaioli recopiló en un estudio evidencia sobre cómo la enfermedad se puede manifestar en una etapa subclínica
La Organización Mundial de la Salud define a la diabetes como “una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente (tipo 1) o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce (tipo 2)”. En el mundo, la prevalencia de la diabetes tipo 2 (DM2), sobre todo, aumenta progresivamente, y los no diagnosticados, o mal diagnosticados, comprenden un grupo significativo en comparación con los diagnosticados.
Con esto en mente, el profesor brasileño Luis Mauricio Trambaioli da Rocha e Lima realizó un estudio para la Facultad de Farmacia de la Universidad Federal de Rio de Janeiro en el que propone la identificación de la enfermedad mucho antes de su diagnóstico clínico, en una etapa subclínica conocida como “Diabetes subclínica”. En dicha investigación, el especialista advierte las ventajas de una detección precoz de la diabetes a partir de la evaluación rutinaria de la insulina plasmática en ayunas, que es asequible y robusta y por lo tanto aplicable para la población general.
Según el investigador, la evidencia obtenida por él al revisar un número importantes de estudios médicos demuestra que los marcadores diagnósticos actuales de DM2 (la glucemia en ayunas, la prueba oral de tolerancia a la glucosa y la prueba de hemoglobina glicosilada o HbA1c) son criterios diagnósticos tardíos en vista de las complicaciones y comorbilidades, que también pueden afectar a personas normoglucémicas (que muestran una glucemia que está entre los límites normales), pues la enfermedad no aparece repentinamente, sino que puede avanzar a lo largo de una década de vida del paciente que se vuelve cada vez más resistente a la insulina.
Trambaioli da Rocha e Lima cita a otros autores al ofrecer estadísticas del aumento del número estimado de pacientes con diabetes:
• Más de 380 millones de incremento con una estimación de más del 37 % con prediabetes y más del 45 % sin diagnosticar.
• La prevalencia de DMT2 en personas más jóvenes también aumentó con una nueva clase de pacientes: niños, adolescentes y adultos jóvenes.
• Estos grupos de “no adultos” sufren de DM2 y síndrome metabólico (SMet) diagnosticado por 3 de las 5 mediciones siguientes:
1. aumento de la circunferencia de la cintura
2. aumento de los triglicéridos
3. disminución del colesterol en las lipoproteínas de alta densidad C-HDL
4. hipertensión arterial
Desde 2001 se emplea un nuevo conjunto de criterios para el diagnóstico de diabetes. Según estos, la diabetes manifiesta es precedida por dos etapas de no diabetes:
• prediabetes: estado alterado (alteración de la glucosa en ayunas o intolerancia a la glucosa) donde estos marcadores están alterados hacia el nivel de la diabetes y
• no diabéticos: dentro del intervalo de referencia normal (incluida la normoglucemia glucemia en ayunas < 100 mg/dl, prueba oral de tolerancia a la glucosa (POTG) <140 mg/ml y HbA1c < 5.7 %).
Sin embargo, el especialista resalta que cuando se los diagnostica, los pacientes con DM2 ya tienen disminuida alrededor del 50 % la función de las células beta del páncreas, así como signos de microalbuminuria debida a daño renal y retinopatía.
En las conclusiones del ensayo científico, el autor explica que se debatió mucho si los umbrales actuales para el diagnóstico de la diabetes deben disminuir y si la HbA1c y otras mediciones podrían formar un conjunto de análisis que evalúen mejor el riesgo de sufrir diabetes y sus complicaciones.
Además, asegura que la extensa literatura científica citada en su trabajo expone evidencia sólida para la estricta dependencia de los marcadores de trastorno metabólico como un continuo de la insulinemia y como un indicador directo de la trayectoria de la resistencia a la insulina que tiene lugar en individuos normoglucémicos.
Para él, es tiempo de reevaluar los criterios diagnósticos más allá del solo empleo de los marcadores glucocéntricos y de evaluar los niveles de resistencia a la insulina (a través de la insulinemia) y la manifestación hepática del síndrome metabólico (por medio del metabolismo de los lípidos, incluso dentro de la normolipemia), que comprende un conjunto de parámetros diagnósticos de marcadores directos de la base subyacente de la enfermedad.
Ese índice de resistencia a la insulina (HOMA-IR) por medio de la insulinemia en ayunas se puede evaluar junto con un grupo de análisis metabólicos más amplio que permita saber el origen orgánico de la resistencia a la insulina, en especial el hepático mediante la gamaglutamil transferasa (GGT), la alanina aminotransferasa (ALT), la aspartato aminotransferasa (AST).
Finalmente, considera que el profesional médico podría proponer intervenciones tempranas, no farmacológicas, sobre los hábitos de vida cuando se identifica un patrón de diabetes subclínica, a fin de mejorar la salud en general y disminuir los riesgos de diabetes a futuro y los riesgos evidentes de las complicaciones y comorbilidades relacionadas con la misma. Desde el punto de vista de la salud pública, adoptar políticas para promover alimentación y hábitos de vida saludables y la consiguiente reducción al mínimo de la carga de diabetes, complicaciones y comorbilidades, reduciría el impacto económico sobre el sistema de salud y la sociedad en general.
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