Los alimentos que consumimos, el cigarrillo y las conductas sedentarias no son los únicos factores externos que pueden afectar la salud del corazón; la calidad del aire que respiramos también es determinante. Aquello que se aspira a diario, sobre todo en las grandes ciudades, suele estar repleto de condensadas cargas de gases contaminantes que tienen acción directa sobre el sistema cardíaco.

Recientemente, un estudio realizado por el departamento de Cardiología del Hospital Vall d’Hebron, de Barcelona, demostró que en los días de más polución ocurre mayor número de los infartos graves.

De acuerdo con el informe, que fue publicado en la revista científica International Journal of Cardiology, la contaminación del aire actúa como un propulsor de paros cardíacos en aquellas personas que ya cuentan con las condiciones físicas para que se les presenten. En este sentido, Jordi Bañeras, investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) y principal autor de esta investigación, explicó al diario El Mundo que “la contaminación no produce placa en las arterias a lo largo de los años, pero sí es uno de los gatillos que hace que se rompa en un momento concreto”.

El estudio está particularmente orientado a la incidencia de infartos de miocardio por elevación del ST. Este tipo de paro es el más grave, porque implica la obstrucción total de una arteria coronaria. Centrados en este caso, los doctores no solo comprobaron el aumento de los casos, sino también una mayor mortalidad causada por estos episodios, particularmente durante las 24 horas después, cuando aumenta el índice de fibrilación ventricular. “Nuestro estudio es el primero que demuestra esta relación y también el primero que asocia la contaminación con una mayor incidencia de fibrilación ventricular, un tipo de arritmia peligrosa que requiere asistencia médica inmediata”, detalló Bañeras a El Mundo.

Datos de la Organización Mundial de la Salud revelan que en Argentina ocurren 9.756 muertes al año por causa de la polución, lo que representa 13% de los decesos en el país. Comparando ciudades, los niveles de contaminación de Buenos Aires se encuentran 40% por encima del punto catalogado como seguro por este órgano mundial, mientras que los de Barcelona son de 50% más que lo normado.

Para el estudio científico publicado en España, los investigadores valoraron los niveles de contaminación causados por distintas sustancias como PM 10, PM 2.5, el óxido nítrico y el plomo. De acuerdo con lo especificado en el diario El País, el más relacionado con los infartos es el PM 2.5, que proviene principalmente del tubo de escape de los automóviles. Bañeras aseguró, así, que si se lograra reducir a 10 los 20 microgramos por metro cúbico que fueron hallados en la ciudad se evitarían 19 infartos anuales en Barcelona, así como “7,67% de las muertes en las primeras 24 horas tras el infarto con elevación del ST, lo que implicaría una reducción de cinco muertes al año”.

Actualmente, se estima que en el mundo la contaminación en sus distintas facetas es la causante de 7 millones de muertes al año, de las cuales 1,7 millones fueron defunciones infantiles, según datos publicados en marzo de este año por la OMS. El Instituto del Cáncer de dicha institución evidenció, además, que la exposición prolongada a altos niveles de contaminación ambiental, se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer (como el de pulmón), ACV, y neumopatías crónicas y agudas (como el asma).